miércoles, 10 de julio de 2019

Dios me habló de manera directa a través de su palabra

El día de hoy Dios me habló de forma directa. Resulta que el día anterior mi tía se había puesto un poco mal, y el día siguiente, o sea, hoy, tenía que ir al hospital para hacerse un procedimiento. La cita era a las 8 a.m., y tenía que salir de la casa a las 7 a.m. Al verla tan débil, y sabiendo que le gusta la compañía, estaba pensando en decirle para acompañarla. No lo hice inmediatamente porque realmente me da flojera levantarme temprano, quedarme en mi cama calentita hasta tarde es una de mis tentaciones más fuertes; dado que no tengo obligaciones laborales y puedo elegir a qué hora estudio no tengo que despertarme temprano. Sin embargo, el Señor manda a madrugar, y bueno, ¡eso es algo que me cuesta demasiado! Entonces, después de un buen rato conversando con mi tía, casi al despedirme, le sugerí que me avisara si quería que la acompañase, haciendo hincapié en que me avisara si realmente se sentía mal. Me avergüenza decir que no quería que me avisara porque prefería seguir durmiendo, pero siendo consciente de ese pensamiento, decidí darle la contra y ofrecerme. Dejé mi celular prendido (algo que nunca hago para evitar que me despierten) para que me llame para avisarme, y fue a dormir. A las 6 a.m. escucho el timbre de mi celular, y era mi tía diciendo que sí quería que la acompañe. Resignada, me acosté un rato más, pensando en qué difícil es levantarse a esa hora, y pensando en por qué Dios nos pide cosas tan difíciles (sé que suena un poco tonto pero es lo que pensé), y preguntándole directamente eso. Entonces, se me ocurrió abrir mi app de La Biblia, y al ver el versículo del día me quedé helada: supe que Dios estaba respondiendo a esa pregunta de una manera clara: 'Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. ' - Hebreos 12:11.
No creo en las casualidades, creo que Dios nos habla a través de su palabra, y algunas veces lo hace de manera directa e inequívoca, como esta vez. En mi caso, la disciplina de levantarse temprano cuesta mucho, pero si Dios lo manda, debe ser porque será beneficioso para mi vida y para Sus propósitos.


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